Cuando Lance Amstrong ganó el Séptimo Tour de Francia, Carlos Arribas le hizo una interesante entrevista y a parte de preguntar las típiquissimas preguntas que se les hace a todos los ciclistas le hizo una pregunta que a mí me sorprendió, no sólo por la sencillez, pero contundente pregunta, sino por la respuesta que dio.
A media entrevista le preguntó:
¿Qué es lo que peor de ser ciclista?
En aquellos momentos a mí me vinieron a la cabeza muchísimas cosas, pensé que quizás respondería:
-Entrenar: coger la bici todos los días, aunque haga frío, llueva, nieve, haga calor, mucho viento, sea Navidad, tu cumpleaños, etc ... siempre pensar que tienes que coger la bici.
-Viajes: pasarme 1 / 3 de el año de viajes, fuera de casa, en concentraciones, entrenamientos en altura, en vueltas, sin poder ver a la familia y amigos, sin ver crecer a tu hijo.
-Presión: ser el centro de atención en todas partes donde vas, tener la presión que has de ganar que quedar segundo no sirve para nada, que todo el mundo espera que gane.
- Tour de Francia: jugarme toda la temporada a una carta, no disputar nada más, y si esas tres semanas te pones enfermo todo un año se pierde.
-Controles: estar vigilado y controlado todo el año sin poder improvisar nada por sí vienen los del control antidoping en casa estar disponible.
Cuando Carlos Arribas le hizo esa pregunta a mí me vinieron todas estas posibles respuestas pero Lance Amstrong no dudó ni un segundo la respuesta. Levantó la vista lo miró a los ojos y dijo:
- "Lo que peor llevo de ser ciclista es ir a dormir cada día con la sensación de tener hambre"
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