miércoles, 27 de julio de 2011

ENTRENAR EN AYUNAS?


Desde hace un año cada vez hay más personas que entrenan en ayunas para adelgazar.
La costumbre de entrenar en ayunas viene del mundo del boxeo, los púgiles son auténticos expertos en perder kilos para mantenerse en la categoría de peso en la que compiten, y salir a correr a primera hora de la mañana sin desayunar era una forma de perder peso y grasa rápidamente para llegar al peso de competición…Claro que lo que nadie tiene en cuenta es que después de correr, desayunaban ligero y se iban a hacer su entrenamiento normal de boxeo durante 2-4 horas al día. Correr en ayunas era un ‘extra’ que se hace cuando sobran un par de kilos que ya no hay manera de perder con dieta y entreno, pero es un complemento, no un milagro.
Esta mañana me he ido a entrenar en ayunas a las 6 de la mañana. Hablando con corredores de elite y mi pregunta de porque entrenar en ayunas ellos me comentan que en algunos es una costrumbre desde hace mucho tiempo asi es como se afina me comentan suelen hacerlo durante dos o tres días seguidos, pero nunca antes de una competición, unos 21 días antes. Estos me comentan que estan muy acostumbrados y lo que persiguen es conseguir que su cuerpo se acostumbre a ‘tirar de grasas’, no adelgazar; pero que si han comprobado que adelgazan, como un kilo o kilo y medio. Pero me dicen que no aconsejan entrenar en ayunas a las personas que no están acostumbradas, porque te puede dar una bajada de glucosa, y a veces notas que no tienes fuerza y estás un poco mareado, especialmente si has cenado poco, por eso cenan algo más de hidratos por la noche para tener los depósitos preparados.
Y ahora lo que dicen los científicos: Hace unos meses se publicó un estudio científico en el que se revisaron las publicaciones científicas que habían analizado el efecto para perder peso al entrenar en ayunas, y el resultado es que no hay nada que demuestre la eficacia de entrenar en ayunas para perder peso. Vamos que no vale de nada.
Mi teoría, para mojarme un poco, y ganarme el pan en este post, es que adelgazar en ayunas te ayuda a perder peso, pero si comes menos y/o entrenas más a lo largo del día. Y que hay que saber hacerlo, porque si sales a entrenar en ayunas y te notas con flojera, correras menos, con menos intensidad y menos tiempo, lo que al final se traduce en que quemas menos calorías que el día que has desayunado y has entrenado bien, dándolo todo. Y lo mismo digo de comer, si entrenar en ayunas te despierta un apetito feroz y eres tienes que desayunar tres veces para quitarte el gusanillo en el estómago, entonces, no sólo no adelgazarás, hasta engordarás en el intento.
Lo que si está claro es que como dice el triatleta Alejandro Santamaría, en triatlón, al entrenar en ayunas cada día activas el metabolismo de las grasas, y los músculos son más eficientes porque no sólo disponen la glucosa y el glucógeno muscular de reserva, también se han puesto en marcha las rutas metabólicas para obtener glucosa a partir de la grasa que son mecanismos de reserva, y con el entrenamiento en ayunas, la grasa está más disponible para servir de alimento al músculo al convertirse rápidamente en glucosa.
Lo que digo siempre, prueba, experimenta y comprueba si en tu caso entrenar en ayunas adelgazas o no. Nadie se conoce mejor que uno mismo, y lo que a otros le va bien, no tiene porque funcionar contigo.

lunes, 25 de julio de 2011

UN TOUR MUY RARO


Finalizó el Tour 2011 con Cadel Evans como ganador de una carrera cuyo desarrollo ha sido raro; muchísimas caídas e incidentes en los primeros diez días, unos Pirineos decepcionantes y una última semana para enmarcar.

CONTADOR: Hace poco ha dicho que desde principio de año tenía claro que disputaría Giro y Tour; si es así, no sé por qué se ha pasado tanto tiempo recalcando que era casi imposible ganar las dos carreras, ya que supones que su intención era la de correra ambas pruebas para ganar. Su rendimiento ha sido extraño y es la primera grande desde 2007 en la que no se lleva la victoria. Caídas y golpes al margen, está claro que no estaba al 100% y aún así, fue el único –junto con A. Schleck– que pudo dejar de rueda al resto de favoritos en la montaña y encima fue tercero en la complicada crono de Grenoble. El día de Alpe d'Huez corrió más con el corazón que con la cabeza y lo acabó pagando.

EVANS: Más allá del metódico "chuparruedas" con el que muchos han querido minimizarle, el triunfo de Evans ha sido el de la constancia y el carácter. El australiano ha sabido tejer su victoria sin aspavientos y sin prisas. Siempre ha estado con los mejores, nunca tuvo un día malo y su equipo supo protegerle de las caídas en las primeras etapas. Cuando ha tenido que dar la cara ha sabido hacerlo recortando tiempo a A. Schleck (Galibier) y a Contador (Alpe d'Huez). Triunfo merecido para un corredor muy veterano y que ha aprendido a ganar a partir de los treinta.
SCHLECKS: Les dedico un epígrafe conjunto porque me cuesta verles por separado casi tanto como ellos mismos. Desperdiciaron los Pirineos por vigilar mucho a Contador y acabaron pagándolo ante Evans. Han conseguido que tener dos de los cinco mejores corredores del Tour se convierta en una desventaja. Sin duda, Andy estuvo soberbio el día del Galibier, pero se agotó en aquella gesta y ya no pudo distanciar más a Evans el día de Alpe d'Huez. Aún así, Andy demostró que un ataque de lejos hubiera desarbolado la carrera porque no había gregarios para la persecución. De todos modos, o mejoran en la crono o difícilmente podrán llevarse algún año el triunfo absoluto.

EQUIPOS: En un Tour con mucha montaña el mejor equipo ha sido el Garmin-Cervélo, justo el mismo que se impuso en la crono por equipos del segundo día. Los favoritos de este Tour han corrido sin equipos, es decir, sin gregarios realmente de nivel que puedan bloquear la carrera o llegar con sus jefes al último puerto... El Leopard estuvo algo mejor, aunque no creo que se pueda calificar de "exhibición" el que un veteranísimo como Voigt deje el pelotón en 35 ciclistas en el Tourmalet. El Saxo Bank estuvo fatal en todo momento y el BMC voluntarioso, bien el Omega Pharma y excelente el Europcar.

SOSPECHAS: El día de Alpe d'Huez el comentarista de TVE y jefe de Teledeporte, Carlos de Andrés, se hartó de lanzar sospechas sobre las causas del altísimo rendimiento de Voeckler, Rolland y sus compañeros del Europcar en este Tour. De Andrés se escudó en "esto es lo que han hecho en Francia en todos estos años, sospechar de todo el que rendía más que ellos y airear el ciclismo de dos velocidades"... Bueno, este es el ciclismo que nos hemos ganado a pulso. Ni los que están dentro del circo son capaces de creer lo que estamos viendo.

ESPAÑOLES: Tan aficionados como somos al periodismo nacionalista y a ver pajas en ojos ajenos, quizás alguien debería darse cuenta ya que en España se está generando un vacío generacional muy importante en el ciclismo. Excepto Contador, casi ninguno de nuestros ciclistas más notables tiene menos de 30 años. En la clasificación de los jóvenes, el mejor español ha sido Gorka Izaguirre en el puesto 14º a 1h49' de Pierre Rolland. Arroyo, Purito, Flecha, Sastre, Freire, S. Sánchez... todos ellos superan la treintena sobradamente y algunos están claramente en el final de sus carreras profesionales. El ciclismo español necesita jóvenes que despunten, el problema es que quizás no tengan dónde hacerlo...

viernes, 22 de julio de 2011

GLUCOGENO PARA SUBIR ALPE D´HUEZ


El Alpe d'Huez es una de las subidas más espectaculares de la historia. Tiene 13,8 km desde la base, en los que se encara la ascensión de 1.073 metros en 21 giros y media del 7,9%. Un cicloturista de 75 kg, bien entrenado, pedaleando a 300 vatios, ascendería a 12 km/h y tardaría en coronarlo una hora y cinco minutos. Frank Schleck, de 67 kilos, pedaleó a 407 vatios para ganar en el Tour de 2006 ascendiendo a 19,3 km/h y tardó poco más de 40 minutos. El que pedalee con más vatios en relación a su peso ganará, así de sencillo.
La máxima potencia sostenible dependerá de cuánto glucógeno les quede a los ciclistas en las piernas tras 96 kilómetros, el Telégraphe y el Galibier. El glucógeno es un combustible que proporciona mucha energía por unidad de tiempo y que, además, reside en el mismo músculo. El entrenamiento les hace capaces de ahorrar este preciado bien a base de alimentar sus músculos con una mezcla de glucosa sanguínea y ácidos grasos. Por encima de los 300 vatios de potencia, la energía para pedalear proviene mayoritariamente del glucógeno y, a medida que se aumentan los vatios, su uso crece de manera exponencial. Cuanto menos pesas, menos vatios necesitas para ir a la misma velocidad y menos glucógeno gastas. Por eso los escaladores son livianos. Sin embargo, a veces ciclistas pesados como Thor Hushovd, de 82 kilos, pueden subir como auténticos escaladores a base de gastar glucógeno a raudales, ya que tienen mucha masa muscular y más almacén de glucógeno que los escaladores.
Hasta finales de los 80 el Alpe d'Huez se subía entre 45 y 42 minutos, entre 17 y 19 km/h. Pedro Delgado lo subió en 1989 a 18,6 km/h, desarrollando unos 380 vatios para sus escuetos 64 kg. Entre los años 1990 y 1997 hubo una revolución que empezó con Indurain, que subió en el año 1995 a 19,9 km/h, ostentando el récord de 470 vatios para sus 80 kg durante 39 minutos y medio. Pantani destrozó el crono en 1997: 37 minutos y medio a 20,9 km/h.
Desde 2001 las cosas se han calmado y se sube por debajo de los 20 km/h. A ver a quién le queda suficiente glucógeno

HACIENDO HISTORIA


Ayer me metí una sesion de internet viendo el tour a traves del ordenador ya que me pilla en horario de trabajo pero ya que mi trabajo es estar delante del ordenador todo el dia me abro una segunda pantalla y trabajo a la vez que veo la retrasmision, siempre lo hago en cada carrera pequeña o grande mi pasion por el ciclismo esta a niveles indescriptibles. Hacía tiempo que no disfrutaba tanto viendo ciclismo, y eso que me lo trago prácticamente todo, disfruté mucho. Porque a los que nos gusta esto, los que no somos aficionados de pancarta, nos pirran las etapas grandes y buenas sea quien sea el protagonista y el ganador. Ayer disfrutamos con Schleck II, que fue valiente, inteligente, supo aprovechar la falta de entendimiento para hacer hueco decisivo y supo administrarlo tirando de clase hasta llegar a la meta del Galibier en una victoria de esas que se recuerdan. Disfrutamos con la defensa y los arrestos que le puso Evans, al que todo el mundo le tachará de gris, soso, incomunicativo y lo que se quiera, pero que ha demostrado día tras día que es el tipo más listo y eficaz del Tour. Mínimo desgaste, o el imprescindible, y máximo beneficio, porque es muy probable que gane el domingo en París. Si lo consigue se va a descojonar -perdón por el palabro- de medio planeta. Y como todo el mundo hemos visto a un Contador distinto al acostumbrado, que no carbura ni por asomo como en años anteriores por mucho que los dos días anteriores tirase bengalas en los puertos de segunda y se la jugara en las bajadas. El Galibier, como el algodón, no engaña. Lo corroborarán los fisiólogos y preparadores, pero la historia dice que hacer un doblete Giro-Tour en el mismo año, sólo está en la mano de los más grandes.

En seis horas he disfrutado de la competición, las diferencias, los ataques, la defensa, de los paisajes de los Alpes que nos embelesan a todos, le he quitado la voz a los altavoces a ratos -ya lo siento, pero el turuturú de Periquin y el in-creíble y bravo Alberto de Carles ya me superan un poco-,y he flipado con los miles y miles y miles de personas que van a ver el Tourin situ. Vale que es gratis y que no cobran entrada, pero imagino que el personal no se hace cientos o miles de kilómetros para perderse en una autocaravana por las montañas para beberse cervezas sin parar al sol y ver pasar a los ciclistas fiuuu-fiuuu en 20 segundos. Toda esa gente-como los miles que se agolpan en las cunetas en las clásicas y muchas carreras más- vive y siente el ciclismo, un deporte que aunque a más de uno le jorobe está vivo.

Ahora sólo falta que el lunes, cuando ya se haya terminado el Tour, no venga L`Equipe y nos lo jorobe todo con un positivo. Toquemos madera.

miércoles, 20 de julio de 2011

ACTITUD


El domingo mientras disfrutaba del tour vi la caida de Laurens Ten Dam. Este buen hombre se dio un piñazo de categoría en la etapa del Tour que terminaba en el Plateau de Beille. Ten Dam se cayó y dio una voltereta bajando el col de Agnes, su cara acabó en el asfalto. Inicialmente pensaron que tenía la nariz rota, pero insistió en seguir en carrera; le aplicaron un vendaje, se subió a la bici y cumplió con los 168 kilómetros; terminó a 26 minutos del ganador. Otra historia de superacion y de actitud que quiero destacar es la del primer costarricense de la historia que está corriendo el Tour de Francia. Se llama Andrey Amador, y el primer día de carrera se vio involucrado en una caída en la que literalmente le trituraron el tobillo izquierdo. Le diagnosticaron en el momento un esguince de grado 2 (usted o yo estaríamos un mes vendados e inmovilizados por eso), y desde entonces lleva 16 días pasándolas muy canutas para llegar a la meta porque el tobillo es una pieza imprescindible en la transmisión de la fuerza de la pierna a la bicicleta, y si éste está inutilizado todo resulta más complicado. Pero su ilusión es llegar a París y le está poniendo muchos cojones para conseguirlo. Cada día, cada kilómetro, cada esfuerzo es un reto. Aunque como él dice pasa miseria y vergüenza al comprobar que sólo puede subir los puertos de montaña a 6 km/h

Por lógica Ten Dam o Amador deberían estar desde hace tiempo en sus casas restañando sus heridas, pero estos tipos y todos los ciclistas nos dan día tras día lecciones de actitud. Son tipos inasequibles al desaliento, sabedores de que aunque su aptitud (su forma, sus habilidades, sus potencialidades) no sea las mejor, siempre tienen el recurso de la actitud. El vaso siempre está medio lleno, aunque sólo le quede una gota dentro. Saben mejor que nadie buscarse pequeñas metas en cada etapa, en cada kilómetro, en la rampa de cada puerto. Conseguirlas -por nimias que parezcan- retroalimenta su moral, su convicción de que pueden y les convierte en tipos indestructibles.

Probablemente nunca andaremos en bici como Ten Dam, Amador o tantos otros. Jamás tendremos su fuerza de voluntad, ni su capacidad de sufrimiento, con tener una pizca de su actitud sería suficiente, y no solo para hacer deporte sino para la vida misma. ¿No?

miércoles, 13 de julio de 2011

SIEMPRE HAY QUE ACABAR


Cuando un ciclista que aspira a ganar una prueba, y por lo que sea, sus fuerzas no le acompañan o simplemente esta enfermo, hay que tomarse las cosas de otra manera.Siempre tienes que mirar el lado positivo de las cosas y sobre todo no venirse abajo.
Llegas a la carrera y ya desde el primer apretón ves que no vas bien para aguantar y eres el primero en quedarte en la subida del puerto.Delante un pelotón de mas de 80 corredores.Pero lo increíble del caso es que acabas todo el recorrido,fuera de control, pero lo acabas por amor propio y por respeto a tus compañeros que se están partiendo las patas en la carrera. Toca hacer grupeta para acabar lo mas dignamente posible, y buscas compañía y al final das con un grupo de buenos corredores,que,como yo, hoy no era su día.
Por el camino, varios corredores, bastantes diría yo,que al verse fuera de carrera,se fueron hacia la meta,que estaba a unos 10 km.En ese grupo de unas 20 unidades,la mayoría son corredores mayores,sin mas ambición que intentar acabar la prueba.
La mayoría de esos corredores que iba pasando en la subida y que se dieron la vuelta, eran chicos jóvenes,y alguno aspirante a ser buen corredor.

Una reflexión les hice a mis compañeros que se dieron la vuelta.Lo primero es hacerles ver que es una falta de respeto por los compañeros, por lo menos se intenta y si no se puede, pues se da uno la vuelta.Lo segundo es decirles que acabar todas las pruebas hace que el año siguiente, uno aprenda el recorrido,y tenga una pequeña ventaja para cuando la forma sea mejor.Y por ultimo, que lo mas fácil es tirar la toalla y no sufrir una kilometrada sin sentido y que para eso lo mejor es volver sin sudar al coche.Volver a casa contento por hacer 30 Km. y otro día será.

A mi, mi padre mi gran ídolo ,me enseño que en el coche no se monta nadie y que hay que acabar todas las carreras.Que no hay prisa por marchar,y que si lo hacemos con 2 horas de retraso,no pasa nada.

En aquella carrera en el año 2008 acabé roto, pero acabe. Me lleve una alegría por parte de mi equipo al ver el resultado final, pero mi mayor alegría fue acabar la carrera.Aun me acuerdo del sufrimiento de aquel día y se me ponen los pelos de punta, pero al fin y al cabo acabe contento de no rendirme cuando no se esta bien.

lunes, 11 de julio de 2011

LA CABEZA LO ES TODO


A todos los ciclistas profesionales, les dan masaje siempre que estan en competición. Para los corredores es el mejor momento del día, ahí recuperan, los ponen a punto para la etapa de mañana. Como es un protocolo que se repite muchas veces, entre el masajista y el ciclista se crea un vínculo de confianza muy fuerte. Dicen que el corredor se siente bien, encuentra un punto de sosiego y abre su alma. Cuenta sus miedos, sus preocupaciones, también sus alegrías... El masajista es entonces un auxiliar del equipo, pero también un confidente, un amigo. Y apuntan que en las grandes vueltas, un Tour, un Giro o una Vuelta a España, no hay ciclista que tenga un día de bajón, de hundimiento absoluto. Da igual que ganes una etapa o que fueras líder, el desgaste el cansancio, la presión o lo que sea hace que en 48 horas un ciclista baje del cielo hasta las mismísimas entrañas del infierno. La cosa no es no caer nunca, que es inevitable, sino ponerse de pie lo más rápidamente posible.

Su labor sobrepasa entonces la de mero recuperador físico. Él trabajaba los músculos, y también la cabeza del corredor. Se dice que siempre hay que buscar un resquicio positivo, una ranurita por la que pueda entrar un rayo de luz en medio de tanta tiniebla, una gota -aunque sea una- para que la botella pueda verse medio llena en lugar de medio vacía. La cabeza y la actitud lo son todo en tres semanas de carrera, en la bici... seguramente también en el Tour de nuestra vida, ¿no?

miércoles, 6 de julio de 2011

RENSHAW LA ULTIMA BALA


El Tour discurre ahora por las llanuras francesas. Son los días de los hombres más rápidos, pero para llegar a los últimos metros con espacio para acelerar, los Cavendish, Farrar, Hushovd, Petacchi y compañía necesitan de la labor de gente como Mark Renshaw (Bathrust, Australia; 1982). Un trabajo poco vistoso pero esencial y en el que no se bromea.
Renshaw es el encargado de lanzar y proteger a Mark Cavendish en los últimos metros del sprint, y es algo que se toma muy en serio. Tan en serio que el año pasado fue expulsado del Tour por extralimitarse en su función. En la etapa 11, mientras lanzaba a Cavendish, le propinó tres cabezazos a Julian Dean, su homólogo en el Garmin, que lanzaba a Tyler Farrar. Pero el australiano tiene claro cual será su labor este Tour: "Mi trabajo es mantener a Cav [Cavendish] lejos de los problemas y eso implica alejarle del camino de otros".
"No lo hace con mala intención, ni para hacer daño, viene de la pista y es como ha aprendido a defender su espacio", explican desde el pelotón. "Defendía su espacio vital", aseguró su jefe el mismo día. Además de los cabezazos a Dean, Renshaw tuvo tiempo de cerrar a Farrar y facilitar la victoria de Cavendish en la meta de Bourg-lès-Valence. "Si no me apoyo con la mano en Renshaw, me caigo", exclamó el norteamericano, que buscaba su primera victoria en la grande boucle y tuvo que esperar hasta este año. Pero su jefe no vio nada malo en la actuación del australiano. "Él hizo lo que pudo para evitarme problemas. Tengo suerte de tener a alguien capaz de hacer eso por mí. Mark maneja muy bien la bici y es muy fácil seguir su rueda", argumentó Cavendish, que la siguiente victoria en la ronda gala se la dedicó a su escudero. El culpable pidió perdón, pero no admitió que toda la culpa fuera suya. "Me considero un corredor limpio y nunca antes me habían multado o incluso amonestado" contestaba Renshaw a sus detractores; "Dean vino muy fuerte con los codos. Usé mi cabeza para equilibrarme y no provocar una caída".
A pesar de su rudeza, su poca simpatía y de que le gusta imponer el miedo en las llegadas, dentro del pelotón la gente respeta al australiano porque, como dice Cavendish, no trabaja para sí mismo. Su labor no es la de preparar la llegada, para eso, Cavendish prefiere a gente como Eisel. Renshaw es la última bala. El que derriba la puerta. El que infunde miedo en los rivales. El guardaespaldas más fiel. "Cuando está trabajando no tiene amigos", aseguran en el pelotón. Pero lo que más valoran sus rivales, es que podría luchar por la victoria y se sacrifica por alguien que es mejor, de hecho, no en pocas ocasiones llega el segundo tras el líder de su equipo, como en la última etapa del Tour 2009.
De joven, cuando daba sus primeras vueltas a los velódromos ya apuntaba maneras. En la pista cosechó éxitos importantes, ganó algunas pruebas de la copa del Mundo y se colgó la medalla de oro en los juegos de la Commonwealth en 2002 en la modalidad de persecución por equipos. Y, cuando en 2004 decidió dar el salto a la carretera, parecía que se podría convertir en un buen sprinter. A los dos años, ya estaba haciendo de lanzador de uno de los mejores sprinters, Thor Hushovd, y, en 2009 llegó a su actual equipo, donde entabló buena amistad con Cavendish.
En su labor es el mejor, y ante los rumores de que el ciclista de Mann fiche por el Sky el año que viene, pocos dudan de que no se llevará a Renshaw con él. Ya sabe que a la hora de la verdad no bromea.

EL LENGUAJE DE LAS PIERNAS


El ciclista tiene mucha libertad para entrenarse cuando y lo que quiera. No tiene que acudir al campo, cancha o piscina, y trabajar de cinco a ocho bajo la doctrina de un entrenador. En contrapartida a esta libertad, la falta de dirección hace que tienda a entrenarse por sensaciones. Solamente los ciclistas muy experimentados pueden entrenarse así. Es difícil entender qué cansancio es superable y cuál es mejor no sobrepasar. En la época de Bahamontes, el control del entrenamiento consistía en echar un vistazo al reloj de la cocina al salir y al llegar y contar los mojones kilométricos. Con esto sabías la velocidad media del entrenamiento y comparabas día a día tus progresos en el mismo recorrido.
En los años 70, gracias a un imán en un radio y un poco de electrónica, el ciclista podía ver sus velocidades en cada momento del entrenamiento y ajustar la potencia en sus pedales para mantenerla. Gran avance, pero pronto se dieron cuenta de que no se podía vivir esclavo del velocímetro. Entrenamientos a la misma velocidad provocaban distintos grados de fatiga. La velocidad era importante pero la carga interna, la respuesta de tu cuerpo, no lo era menos. En los años 80 los finlandeses de Polar® permitieron con sus pulsómetros portátiles que muchos deportistas se entrenasen basándose en la frecuencia cardiaca. Esta nos da mucha información, aunque está influenciada por las hormonas y por la hidratación.
Hacia mediados de los 90, unos ingenieros alemanes comercializaron un plato (SRM®) que podía medir la potencia ejercida en cada pedalada. Ahora estos sensores de potencia se pueden encontrar en el buje de la rueda trasera en muchos de los ciclistas del Tour. Por fin, los ciclistas y los fisiólogos hablamos el mimo idioma: vatios. Un caballo percherón es capaz de generar unos 750 vatios. Una bombilla de nuestra casa consume 50 vatios. Los ciclistas saben que en una contrarreloj para ir a 40 km/h hay que empujar los pedales al menos 275 vatios. También saben que para entrar en el grupo que sube el Alpe d'Huez a 23 km/h hay que generar por encima de 400 vatios para recorrer esos 15 kilómetros en menos de 40 minutos. Ciento noventa corredores subiendo el Alpe d'Huez, 80.000 vatios de energía. Todo un concierto de rock.

martes, 5 de julio de 2011

COGER LA ESCAPADA BUENA


Cuando empiezas a correr una vuelta por etapas me me sorprende lo fácil que se ve carrera, UN ESPEJISMO.

Los días siguientes y en especial después de la primera etapa de montaña, donde se clarifica un poco la general, ES UNA LOCURA.En muchos días no se consigue pasar de los últimos puestos del pelotón y viendo como son los latigos.Hay dias en los que sales esprintando y lo acabas esprintando y sin levantar la cabeza del manillar.Las escapadas???? ni verlas,faena tienes en aguantar el pelotón.
El caso es lo que pasa en el Tour estos días.Los primeros días la gente guarda para días después pero cuando llega la montaña la cosa se suelta.Hay mas libertad y por tanto mas batalla.Coger una fuga en cualquier carrera es de locos y nadie se puede hacer una idea de lo que es, un esprint continuo.
Luego se relaja la cosa y hasta se va cómodo, pero el rato que se lucha por hacer la escapada, UNA LOCURA.

Ver cualquier carrera en la tele, falsea la realidad y hasta parece fácil, pero no lo es.Quien consigue coger una fuga en el Tour, Giro, Vuelta o cualquier carrera tendría que tener el mismo merito que el que la gana.Es difícil pero debería de ser así.