lunes, 11 de julio de 2011

LA CABEZA LO ES TODO


A todos los ciclistas profesionales, les dan masaje siempre que estan en competición. Para los corredores es el mejor momento del día, ahí recuperan, los ponen a punto para la etapa de mañana. Como es un protocolo que se repite muchas veces, entre el masajista y el ciclista se crea un vínculo de confianza muy fuerte. Dicen que el corredor se siente bien, encuentra un punto de sosiego y abre su alma. Cuenta sus miedos, sus preocupaciones, también sus alegrías... El masajista es entonces un auxiliar del equipo, pero también un confidente, un amigo. Y apuntan que en las grandes vueltas, un Tour, un Giro o una Vuelta a España, no hay ciclista que tenga un día de bajón, de hundimiento absoluto. Da igual que ganes una etapa o que fueras líder, el desgaste el cansancio, la presión o lo que sea hace que en 48 horas un ciclista baje del cielo hasta las mismísimas entrañas del infierno. La cosa no es no caer nunca, que es inevitable, sino ponerse de pie lo más rápidamente posible.

Su labor sobrepasa entonces la de mero recuperador físico. Él trabajaba los músculos, y también la cabeza del corredor. Se dice que siempre hay que buscar un resquicio positivo, una ranurita por la que pueda entrar un rayo de luz en medio de tanta tiniebla, una gota -aunque sea una- para que la botella pueda verse medio llena en lugar de medio vacía. La cabeza y la actitud lo son todo en tres semanas de carrera, en la bici... seguramente también en el Tour de nuestra vida, ¿no?

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