La cronoescalada no deparó ninguna sorpresa. Estuvieron arriba los tres mejores de esta edición. Quizás se esperaba que Contador le ganase el pulso a Leipheimer y en la subida le recortase la diferencia. No fue así, el americano, que no ha dado un palo al agua en toda la Vuelta, ha llegado mejor que el de Pinto desgastado por las etapas de montaña. Si Levi hubiese trabajado en alguna de esas etapas, ayer no habría ganado. Aunque Bruyneel siempre ha declarado que el líder del Astaná era Contador, ambos han salido a disputar la carrera hasta el final y que lleven el mismo tiempo global (bonificaciones aparte) lo demuestra. Nunca he estado de acuerdo con el sistema de bonificaciones, pero esta vez se ha hecho justicia al mejor en la montaña.
Sastre una vez más ha dado un recital de profesionalidad. Defendió su tercer puesto con estusiasmo y clase y aumentó su distancia con Mosquera.
Valverde hizo una gran crono, pero siempre le quedará ese ¿qué hubiese pasado sin la etapa de Suances? Seguramente hubiera estado con los mejores. Esto ha dejado uno de los podios más bonitos de todos los tiempos. No recuerdo a dos ganadores del Tour de Francia en el primer y tercer escalón del podio final. Hemos vivido la mejor Vuelta desde que se corre en septiembre y el público se ha vuelto a enganchar. Un público joven que es el relevo de esta generación. Contador, Sastre y Valverde han conseguido levantar el vuelo de este deporte y llevarlo de nuevo a la época de Perico Delgado y Miguel Indurain.
No hay comentarios:
Publicar un comentario