miércoles, 2 de junio de 2010

LA MAGIA DE LA BICI


Metal, fibra de carbono, caucho, poliéster… con diferentes mezclas de estos materiales se construye una bicicleta. Sin alma, sin personalidad definida, sin empatía con su propietario: así debería ser. Pero hay algo en este ingenio mecánico que atraviesa la membrana neural del ser humano y desata sentimientos y, lo que es peor, cuando varios individuos comparten esa afición por ese cacharro que se mueve a pedales, establecen vínculos de amistad muy fuertes. ¿Tiene esto alguna justificación racional? Posiblemente si. Tengo una pregunta para toda nuestra familia ciclista y a la que el 100% de todos los ciclistas a la que se la he preguntado no dudan en responder basicamente en otras palabras lo mismo que siento yo en mi persona como ciclista. La pregunta es algo compleja .
- ¿Qué te ha aporta la bicicleta?
“la bicicleta me ha dado todo lo que he necesitado para resolver mi vida: me ha enseñado a sufrir, a disfrutar, a ser humilde, a trabajar sobre unos objetivos, a lograrlos…”
Asimilando esta respuesta, no es complicado establecer muchos nexos de unión que justificarían los fuertes lazos de amistad que surgen entre los aficionados a este deporte ¿o más que un deporte es, en realidad, una manera de vivir?

AMEN

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