domingo, 10 de agosto de 2008

LA MURALLA CHINA SE RINDE ANTE SAMUEL SANCHEZ

Oro el primer día. Y oro serio, en una prueba de tronío, en un deporte de enorme alcance. Reparen en los cinco que le disputaron el 'sprint' a Samuel Sánchez: un italiano, un suizo, un australiano, un luxemburgués y un ruso. Todos esos países en vilo hasta el último metro. Todos esos países y algunos más ante la tele para ver ganar al asturiano (el día de Asturias, el día del Descenso del Sella) una carrera vibrante y agotadora, que se aproximó a las siete horas. España llevó un gran equipo y ganó el patito feo. El tapado. Conclusión: España tiene un grupo de ciclistas tan lujoso como nunca ha tenido.
Y Paco Antequera, el seleccionador, tiene un olfato magnífico para este tipo de carreras. Ya hace años que el Mundial, que por tanto tiempo nos estuvo vedado, se nos da bien. Es el buen pulso de Antequera, además de la capacidad de nuestros corredores. Ayer la carrera ofreció un marcaje mutuo Valverde-Bettini, del que se desprendió un segundo duelo, el definitivo, entre Samuel y Rebellin. Éste ahorró mucho (demasiado) en la última escapada, pero aún así llegó a los últimos 150 metros con menos gasolina que Samuel Sánchez, cuya arrancada resultó implacable. Y de ahí al podio.
Allí tuvo un choque emocional porque tal día como ayer falleció su madre, hace ocho años. Pero pronto recobró la alegría y transmitió su deseo de que esta medalla sirva de estímulo a los que vienen. Y así suele ser: medallas llaman a medallas, decepciones llaman a decepciones. Recuerdo cuando en Barcelona 92 el chiclanero Moreno (otro ciclista) arrancó de sopetón con un oro inesperado. De ahí en adelante todo fue a más. Esto promete.

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